jueves, 11 de febrero de 2010

Ahi se viene Perú

Ahi se viene Perú. Cruzamos una linea imaginaria que existe pero no se ve y cambia todo. o no cambia nada en realidad? o si? Cambió la hora, se caen sesenta minutos del reloj pero el sol sigue en el mismo lugar; cambia la bandera pero el viento empuja ambas para el mismo lado; un hombre me despide de un margen y otro me recibe del otro, uno es peruano y el otro boliviano pero ambos son aymaras originarios de la región y ahi se confunde todo. Que caprichosa es una linea en un mapa? Aca estoy yo y alla estás vos y no pases para aca porque no sos bienvenido; o si? si sos igual a mi.

La memoria me tira un recuerdo del colegio: "traigan un mapa político de América para mañana". político???!!! ahora entiendo todo. Con razón me gustaban mas los mapas físicos. Cuando llegará el momento en que derribemos desde hoy y para siempre las fronteras que algún gil dibujó sobre un papel para dividirnos "politicamente". Si un mapuche chileno es igual a un mapuche argentino y un coya es igual en La Quica que en Potosí, o no? Otra vez un malambo en la cabeza y no lo se bailar. Que poco aproveche las clases de Rubén en Humahuaca. Este viaje me esta haciendo sentir un poquitito mal. Mejor cruzo el frontera, atraso el reloj y una bandera baila para acá y otra para allá. Basta, no vaya a ser que me caiga del mapa y me quede entrelineas. Además tantas preguntas sin respuestas marean. Cruzo el puente sin mirar, sin preguntar, sin cuestionar. Ahora si, no hay dudas, estamos en Perú.


Esperen, esperen, esperen, adonde van tan alegres y contentos? Salir de Bolvia es fácil pero entrar en Perú puede complicarse. Invasión de frontera por salir con cédula y querer entrar con pasaporte. Cachetazo al rock. Dos opciones: pagar multa o salir corriendo, pero el aire se fue de joda y la mochila pesa un mamut. Gracias al Mister Lincoln que existen los billetes verdes, no hay nada que no arreglen veinte verdes bajo un escritorio con su correspondiente cara de poker de ases. Ahora si, estamos en Perú. Veinte dólares menos pero dicen que vale la pena. Vamoaver che.



Asi fue nomas, atravesamos el limite geográfico denominado frontera convenintemente inacordado entre Perú y Bolivia. No es mas que un puente que divide mucho mas de lo que une y en verdad cambian bastantes cosas. Se nota que Bolivia es uno de los países mas pobres de América y Perú uno en franco ascenso y desarrollo. Dejamos para Galeano la crítica al desarrollo latinoamericano segun quien, que y para quien. Sin dudas las venas siguen abiertas vomitando sin cesar.


calles de Cusco


De la frontera llegamos a Puno, de Puno a Cusco y en Cusco me pierdo de amor por la ciudad. Hay escondido sabor a misterio inca en todo sus rincones y calles. Esta construída sobre las ruinas de la antigua capital del Imperio Inca, saqueado, destruído y aniquilado en nombre de los Reyes Católicos de España. Pero el Inca deja algo mas que sangre en la tierra, deja sus huellas, deja señales. Así entre majestuosas Iglesias, construcciones hispánicas y edificios neoclásicos y barroco, se mezclan muros, santuarios, terrazas de cultivo y solares de origen incaico.

Plaza de Armas, Cusco


Lamentablemente la ciudad esta vacia porque hace poco hubo un tremendo temporal con alud incluído en la zona de los santuarios incas. Si Cusco estuviese en el primer mundo se habria declarado estado de emergencia ecológica y sanitaria y habría casquitos de colores asistiendo "humanitariamente". Pero Cusco tiene cuna sudamericana y solo vienen manos hermanas. La nuestra no es una excepción.



Gracias a Dios o mejor dicho a MamaPacha, Machu Pichu y el valle sagrado con todos sus santuarios han quedado intactos solo que no se puede acceder. El alud se llevo las vias del tren que la avanzada civilización del siglo XX construyó pero no pudo hacer lo mismo con las piedras encimadas, unas sobre otras, por el inca del siglo XV. Maravilla de la humanidad, ironía del destino.

Por lo tanto no pudimos hacer mucho mas que recorrer la ciudad y dar una mano solidaria. Machu Pichu quedará para otra visita en otro momento y con otros amigos (guiño cómplice a mi hermano del alma). En este momento, la única forma de acceder a la ciudad sagrada de los incas es en helicóptero, pero para eso hay que tener muchos verdes o su amigo de aventuras conquistadoras conocido como euro. Miro mi bolsillo y se me escapa un lagrimón de tango. Otra vez será. Segundo cachetazo.

camino a Arequipa



Pasamos unos días, disfrutamos de las delicias gastronómicas preparadas por manos de madre en el mercado, paseamos, descansamos y salimos para Arequipa, al suroeste del Perú, llegando a las costas del oceano pacífico. De valles sembrados y montañas de picos nevados pasamos a desiertos de arena y roca. En el medio, como un oasis, esta Arequipa, la ciudad blanca, llamada así por sus antiguas construcciones en sillar, una piedra volcánica de la región. su espléndida y reluciente arquitectura hispanica posibilitó que la UNESCO declare al centro de la ciudad patrimonio cultural de la Humanidad. Es un gran ejemplo de preservación y refuncionalización del patrimonio arquitectónico. Se pueden visitar iglesias, conventos y casonas tambien construídas en sillar en un estado impecable de conservacion, como asi tambien han sabido adaptar las construcciones hispanicas a nuevos usos evidenciando un ingenioso y respetuoso criterio de adaptación.

calles de Arequipa
 

Arequipa es una hermosa ciudad para descubrir y apreciar, sin olvidar los circuitos turísticos en sus alrededores. Pero el norte nos viene llamando y envia un grito desde el horizonte. Se esta haciendo largo y agitado este viaje. Mochila a la espalda y salimos otra vez a la ruta. Pero justo antes de cruzar el umbral, maravillosa sensación del viajar, el viento trajo una copla que nos dijo: "playa, Camaná". Tentación de arena y sol. Cambio de rumbo. Que alguien agarre el timón por favor. El norte puede esperar, es un poco nomás, basta de gritos. Pequeño desvio hacia el oeste, tan solo unos grados, a Camaná nos fuimos y a Camaná llegamos sin saber muy bien donde ibamos ni porque. Esta ahicito en el mapa.

 calles de Arequipa

Asi el camino nos llevo al oeste y el océano pacífico capturó mi mirada para no devolvermela por cuatro dias que acampamos en la playa. Alfombra de arena, cielo de estrellas y muros de horizontes teñidos de rojo atardecer, agua y sal. Que cautivante esa sensación de paz y libertad que genera el mar. Que alegría despertar con el sonido de la marea subiendo y bajando. Pero no todo lo que brilla es oro dijo un gaucho criollo y el pescado y los mariscos fritos en la arena no vienen solos. Patada al higado aunque esta vez las nanas no me tocaron a mi. Cien metros libres en segundos. El baño empieza a quedar cada vez mas lejos que nunca.


atardecer en Camaná

Y otro gaucho me dijo no hay dos sin tres ni tres sin cuatro y salió rajando con mi celular. Perú nos esta cacheteando mal. Esta vez me dolió feo, muy feo. Como duele perder. No es la pérdida en si, ni la falta, ni la ausencia. Es que cuando se viaja asi como nosotros, con rumbo pero sin tiempo, con mas preguntas que respuestas, mas en busqueda que con motivos, tu mochila es un mundo, lo que se va no vuelve mas y lo que no vuelve mas solo queda extrañarlo. Ahora todo toma su real valor, su real sentido, todo se valorá mas. Lo que ya no esta, pero por sobre todo lo que esta. Cuanto valor tiene ahora una palabra de afecto, un abrazo amigo o un beso enamorado. El camino deja cosas atras pero siempre se puede desandar los pasos en busca de esa piel que se hizo recuerdo y mis manos extrañan acaricar. Otro gaucho con autoridad paternal me dijo sarna con gusto no pica. Un hijo sabe escuchar.

un hombre mira al sudeste y se siente el hombre mas fliz del mundo,
playa, mates y las orugas, nada mas falta
 

Pero asi es la vida. A veces te saca y otras te da. Habra que buscar una ola con cara de amigo que nos lleve a buen puerto. Improvisamos una tabla de surf con la mochila y nos subimos a la primera que pasa. La cara no se la veo pero otra no hay. Agarrate que hasta Lima hay lugar. Basta de cachetazos. Vamos por algún mimo que nunca viene mal. Por allá sigue Perú.


(perdonen la falta de mas fotos. cualquir queja dirigirse al gaucho, pero tengan cuidado, yo no me hago responsable.)

martes, 2 de febrero de 2010

AMERICA de Pie


Concluye nuestro recorrido por Bolivia. Los caminos por nuestro hermano país se terminan aunque, claro esta, son interminables. Bolivia siempre esconde nuevos rincones por descubrir; es como una fuente inagotable de sorpresas y emociones. Pero las emociones más fuertes llegaron al final y es esa sensación de final la que me hace vivir con más intensidad y entrega.


Primero fue el camino del Che, después volver a La Paz. Ahí vi una Bolivia diferente a la que retenía en mis recuerdos. Aquel país escindido que hace dos años atrás vi pelear en las calles por su pasado, presente y futuro a fuerza de gritos, golpes y estallidos intentando salir del barro y la opresión para levantar su frente al sol; hoy lo vi de pie, seguro y orgulloso de si mismo. Quien puede predecir el destino de ese reclamo? Pero también quien puede negar la legitimidad y la honestidad del mismo? Todos los ríos nacen en una vertiente y desembocan en el mar. La vertiente de este reclamo es clara: nace de un rugido desde el interior de esta tierra latinoamericana desangrada, saqueada y cansada de estar condenada a ser dominada y sirviente. El Mar? Es un ideal, una esperanza, una utopía con pretensión de realidad que se construye día a día en el camino de la lucha y la movilización. Y es el camino y la lucha lo más importante, lo único valido, porque en la lucha se da sentido y se reivindica la dignidad de ser latinoamericanos. Este fue el mejor de los regalos que Bolivia me dio.


Llegamos a La Paz temprano por la mañana junto con Paula, Vanesa y José. Tan temprano era que la ciudad apenas estaba abriendo sus ojos y todo estaba cerrado. Nos quedamos en la Plaza San Francisco mientras todo empezaba a tomar su ritmo. Y no tardo mucho. En un par de horas pasamos de la tranquilidad y el silencio a un bullicio generalizado y una vorágine de gente y autos de aquí para allá.


Plaza San Francisco


La Paz es una ciudad enorme pero atractiva tanto por su fisonomía como por su gente. Esta ubicada en un valle rodeado de montañas como una olla gigante de tierra y ladrillos. En la base de la olla se encuentra el centro de la ciudad con grandes edificios modernos y construcciones antiguas. Las paredes de la olla son las montañas revestidas por viviendas de ladrillos sin recovar (tradición constructiva o el bolsillo quedo corto) con una ingenio sin igual. Como toda ciudad tiene sus sectores, hacia el norte los barrios mas humildes, el Alto y hacia el sur los barrios mas pudientes, pero siempre con un factor común: las montañas que todo lo rodea y no hace distinción de clases, abrazando a unos y otros como una madre que cuida a sus hijos.

Algunos aprovecharon las horas para dormir una siesta.

Cuando finalmente abrió sus ojos, pudimos alojarnos en un hostel y nos enteramos que dentro de unos días era la asunción de Evo Morales a su nuevo mandato presidencial. Primero se realizaba una ceremonia aymara y al otro día el acto oficial en la ciudad. Como nos quedaban un par de días libres en el medio y la quietud no es un rasgo característico de nuestro viaje, nos fuimos a pasar unos días en un pueblo cercano a La Paz llamado Coroico.



camino a Coroico

Coroico se encuentra en la selva amazónica boliviana. Se llega a través de un camino de montaña que deslumbra por sus paisajes. La ciudad ostenta el titulo de “Primer Municipio Turístico” y se nota; esta repleto de turistas y parece más Villa Carlos Paz o Villa Gesell que Bolivia. Así y todo es un lugar increíble, es un caserío ubicad sobre el lomo de una montaña rodeado de una vegetación exuberante. Se puede caminar por senderos rodeados de árboles frutales y florales de una humedad que refresca y la temperatura es ideal. Por fin salen las ojotas y la bermuda de la mochila.


En Coroico


Pero tenemos un viejo amor llamado lluvia que nos sigue los pasos y mucho no nos dejo desfrutar. Descanso merecido y de vuelta a La Paz. Además se venia la asunción de Evo.

Para agregarle condimento a las cosas, la ceremonia de Asunción se realizo el 21 de enero, un mes exacto desde que partimos de Hurlingham. Casualidad o causalidad? Fue un gran regalo para festejar. Como en el primer mandato, primero se realizo una ceremonia aymara (comunidad indígena de la cual Evo es originario) en un sitio arqueológico perteneciente a las civilización originales llamado Tiawanacu, ubicado en la afueras de La Paz. El día empezó con una caravana interminable de gente yendo hacia el sitio en buses, autos y todo tipo de transportes. Nosotros llegamos temprano con un grupo de extranjeros y rápidamente ingresamos al predio destinado a la ceremonia. Era increíble ver ríos inagotables de gente llegando a ver la ceremonia. Fue una gran movilización donde nos encontramos con grupos indígenas, agrupaciones sociales, pobladores nativos y extranjeros de todas partes del mundo confraternizando en una sana comunión de interacción cultural. La ceremonia transcurrió de acuerdo a la liturgia indígena por la cual Evo Morales recibió la bendición de sus ancestros. Mientras tanto entre la gente todo era una gran celebración con música, bailes y mucha comunicación. Terminada liturgia continúo con el discurso de Evo y el final de la Ceremonia.




Ceremonia de asuncion en Tiawanacu

 Fue una experiencia muy enriquecedla. Realmente emocionaba la devoción de la gente y tantas banderas y whipalas blandiéndose al viento en un solo grito de alegría y esperanza ¡¡¡Jayaya Bolivia!!! ¡¡¡Jayaya Evo Morales!!! El día dio paso al atardecer y salimos de regreso a La Paz. Habíamos arrancado muy temprano y el cuerpo pasa factura sin pedir permiso. Cena y a la cama que mañana siguen las emociones.
acto oficial en la Plaza Murillo

Al día siguiente por la mañana, la ceremonia se traslado a la Plaza Murillo frente al Palacio de Gobierno donde se realizo el acto oficial de asunción con invitados nacionales e internacionales. Para terminar los festejos organizaron una fiesta popular en el Estadio Hernando Siles con artistas nacionales que representaban a cada departamento de Bolivia. Como invitados especiales estuvieron el vicepresidente del Consejo de Estado de Cuba, Ramiro Valdez y los presidentes de Ecuador y Venezuela, Eduardo Correa y Hugo Chávez respectivamente. Cada uno dio un discurso en conmemoración a la lucha y el nuevo mandato de Evo Morales, quien finalmente cerró la serie de discursos. Mas allá de todo partidismo político e ideología, irisaba la piel escuchar a un excombatiente de la revolución cubana que participo del desembarco en Sierra Maestra y de la liberación de Cuba, a Eduardo Correa con un discurso entusiasta de hermandad e integración latinoamericana y ni hablar a Hugo Chávez, siempre al borde del delirio mesiánico, pero fiel a su estilo enérgico y verborrágico para finalmente dar paso al discurso de Evo. Que diferencia con los políticos argentinos; porque esa noche, detrás de cada palabra había ideales y una convicción férrea en un camino al cual estamos obligados naturalmente a seguir como hombres libres con honestidad y humildad. Esa noche el nombre de este blog tuvo más sentido que nunca: “AMERICA de Pie”, el camino es difícil y el destino incierto, pero América quiere ponerse de pie. Mas que nunca recordé las palabras del Che: “Seamos realistas y hagamos lo imposible”. No tenemos otra opción; tenemos todo por hacer, solo nos queda hacerlo. Tantos interrogantes tuve al colgarme la mochila y salir en este viaje. Esa noche tuve muchas respuestas.



Fiesta Popular en Estadio Hernando Siles

Esa noche también recordé las palabras de un dirigente sindical que decía:

“Los gobiernos latinoamericanos históricamente llevaban una política de padres: prestan mas atención a los hijos mas fuertes porque son los que ayudan a sobrevivir y se olvidan de los mas débiles; llego el momento de que los gobiernos actúen como madres que si bien quieren y cuidan a todos los hijos por igual, ponen mas atención y cuidados en los mas débiles porque saben que necesitan de esa ayuda para sobrevivir, los mas fuertes saldrán adelante sin problemas”
Ese dirigente era Luiz Inacio Lula da Silva, hoy presidente de Brasil.

Tengo la esperanza de que algún día llegue el momento en que los que tengan que hacer, hagan y los que tengamos que comprometernos, nos comprometamos por un mundo mas justo y equitativo. Después de todo nacimos para ser libres o no seremos nada.

La fiesta siguió como debe seguir una buena fiesta: música, baile, humor banderas flameando y un final a puro fuegos artificiales (si, si, populista, demagógica y todo eso, pero de una felicidad inigualable) La noche tuvo sus luces de colores y los corazones se llenaron de alegría y esperanza. Que nos hace falta? Solo queda agradecer al cielo y vivir. 

Fiesta Popular en Estadio Hernando Siles

De izquierda a derecha: Jose, Matilde, Daia, Walter y Edus

 Así se fue La Paz, fueron días de gran intensidad y viviendas que quedaran marcadas a fuego en el corazón. Pasaron unos días y seguimos camino hacia Copacabana junto con Vane y José (a esta altura, hermanos de viaje), Leo, Javi y Diego. Copacabana es un pequeño pueblo costero a orillas del Lago Titicaca y muy cerca de la frontera con Perú, próximo país a visitar. 
 

Vista de Copacabana desde el Calvario

Vista de Copacabana desde la Playa. De fondo el cerro del Calvario
En el Calvario con Vane y Jose

Pasamos unos días recorriendo la ciudad y zarpamos, lancha por medio, hacia La Isla del Sol. Ahí nos anclamos por unos días, increíbles días. Acampamos en la playa frente a una hermosa bahía de agua cristalina y horizonte montañoso, días de sol, arena, chapuzones en el lago y noches de luna.  Aunque la Isla tiene la particularidad que llueve todas las noches, pero nosotros ya estábamos acostumbrados y hasta la tomamos cariño. Cuando ya nos dio un poco, solo un poco, de verguenza estar tanto tiempo aletargados bajo el sol, visitamos unas ruinas incaicas que estan cerca de la playa


Vista del puerto norte de la Isla

Vista de la playa de la Isla.

campamento indigena en la playa.

Dos momias incas en las ruinas

 
El sol y la arena tienen esa misteriosa atracción para no alejarte de ellos. Pero si bien nos retuvo varios días, el camino recién esta empezando y hay mucho por conocer. Nos despedimos de José y Vane después de dos semanas imborrables juntos y de nuestros nuevos amigos cordobeses Nayu y Pablo. Cosa difícil estar siempre despidiéndose, creo que nunca me voy a acostumbrar. 

de izquierda a derecha: Walter, Pablo, Nayu y Edu

 
Pero una cosa lleva a la otra y Perú nos pega un grito del otro lado de la Frontera. Bolivia nos saluda, nos abraza y nos dice hasta siempre. Dejo muchos recuerdos, muchas experiencias vividas y amigos que jamás voy a olvidar. Viajar por Bolivia es increíble. Es un viaje siempre al límite de todo; hay riesgo, desorganización y peligro, pero también hay alegría, diversidad cultural, impresionantes paisajes y gente amable. En definitiva eso implica los límites, pero es también ahí, en esos pequeños bordes filosos donde se vive con más intensidad y energía. Solo es cuestión de animarse y tirarse, el coraje viene solo me dijeron y es verdad.
 
Tomo un pedazo de Bolivia y lo guardo en el corazón para siempre, dejo parte de mi en esta tierra hermana donde siempre voy a volver. Tomamos distancia, ajustamos la mochila y nos tiramos hacia delante, hacia Perú, hacia el camino otra vez, una vez mas.

Porque viajamos?

Viajamos por viajar. Viajamos para saber, para conocer, para aprender. Viajamos para crecer.
Viajamos porque buscamos sin saber claramente que, pero convencidos de la necesidad interior e inagotable de buscar y buscar.
Viajamos porque a veces escapamos con el corazón entristecido, queriendo ocultar ese amor en algún lugar del olvido.
Viajamos porque nos preguntamos que nos esconde el horizonte, allá a lo lejos donde el sol se apaga y la luna con sus estrellas conquistan el oscuro cielo de la noche.
Viajamos porque sentimos el llamado ancestral del camino, aquel que temprano iniciamos con nuestro primer paso de niños, esperando completarlo con un ultimo paso de ancianos envejecidos por los años, con las manos y el cuerpo agrietados por el viento del camino, pero con la certeza de haber vivido con la voluntad de un hombre libre y plenamente vivo.