Asatoma Sat Gamaia
Tamasoma Yotir Gamaia
Myrtiorma Amritam Gamaia
Condúceme
de lo irreal a lo Real
Condúceme
de la oscuridad a la Luz
Condúceme
de la ignorancia a la Verdad
Llegue
a la ciudad de Baños por la medianoche y me hospede en el primer cuarto económico
disponible. El viaje fue agotador y solo quería dormir. Por la mañana Fusca
trajo a Vicky, Antonia y Fede para pasar unos días recorriendo la ciudad y sus
alrededores. Baños de agua santa debe su nombre a las muchas vertientes de agua
termal, específicamente a una llamada “el manto de la Virgen” donde dicen su
agua es santa. El pueblo es pequeño y muy pintoresco, está rodeado de montañas
y ríos, y se ubica sobre la ladera del Volcán Tungurahua, todavía en actividad.
Nos tomamos unos días para descansar y pasear, visitando las termas, el valle y
las cascadas. Finalmente llego el día de la partida de Antonia y otra vez
fuimos tres. Dejando atrás una mañana lluviosa y con Fede mucho pero mucho mas
tranquilo (por San Lorenzo que zafó del descenso!!! Malepensados),
montamos Fusca y partimos hacia el
Volcán. El camino muy cuesta arriba, la lluvia y algunas quejas de Fusca solo
nos permitió llegar hasta la ladera donde entre las nubes pudimos ver la boca
del Volcán. Descendemos y encaramos hacia el oriente pero esas primeras quejas
de Fusca se convierten en una caprichosa decisión de no seguir. Siempre me sorprendió
la inhabilidad mecánica de Fede (o la habilidad para llamar a Armando), pero
debo admitir que en estos días de viaje es otro Fede, y aunque lo intento e
intento, Fusca no quiere dar un paso mas. Contentamiento. “inalterable ante la
dicha y la pena”, dice el sagrado Gita. Que difícil. En fin, cae la noche,
Fusca se disfraza de somier con techo y al lado de la ruta yo armo mi carpa, la
oruga colorada como algún vez la bautizó una cordobesa llamada Nayu!
Baños. Ecuador
Cascada El Pailón del Diablo. Baños. Ecuador
Cascada Manto de la Novia. Baños. Ecuador
Por algo pasan las cosas. Es una frase hecha y archirrepetidas, pero esconde una gran sabiduría. A primera hora de la mañana empujamos a Fusca hasta el medio de la ruta y un camión del ejercito ecuatoriano nos remolca nuevamente hacia Baños, donde un mecánico realiza unos arreglos muy simple (Fede me hizo prometer voto de silencio) para poder seguir viaje hacia Ambato donde nos esperaba el Volks Club. Ahí cambio todo el viaje. Nos recibieron Raul y Guadalupe quienes nos acompañaron al mecánico especializado, el Maestro Henry, y organizaron una reunión con el resto del Club para la noche. Nos hicieron recuperar la sonrisa en momentos de pocas alegrías. Pasamos varios días en la casa del presidente del Club, el simpático y siempre jovial Franklin unto a su esposa Magda e hijo Rafa; estábamos como en casa. Mientras Fusca, cómplice quizás, pasaba del mecánico al electricista, del electricista al técnico en alarmas para luego volver al mecánico. Todos decían lo mismo: “parece que se quiere quedar en Ambato”. Y asi fue por tres días de paseos, encuentros con los integrantes del Club y hasta hicimos un reportaje para el diario local (Fede dira: robaste fama!!! Jaja) ver nota
con el Volks Club de Ambato. Ecuador
Con
Fusca casi recuperado salimos hacia Quito donde nos esperaba Sebastián del Club
de la ciudad. Llegamos bien tarde y nos hospedamos en casa de Miguel, otro integrante
del Club. Al otro día temprano Fede organizo una entrevista en vivo con la televisión
publica de Ecuador. Comentarios apartes, esta vez si podrá decir que “robe cámara”
(ver nota)
pasamos unos días con los chicos del Club recorriendo la ciudad, el monumento
de la Mitad del Mundo, justo en la línea del Ecuador, y fuimos a pasear por
algunos pueblos cercanos donde pasamos la noche en la Laguna de Cuicocha
acampando bajo las estrellas y rodeados de cerros y montañas.
con el monumento a "La Mitad del Mundo", Quito. Ecuador
Laguna de Cuicocha. Ecuador
Se
acercaba la despedida con los chicos y decidimos viajar hacia el oriente a la
selva como ultima etapa juntos. Ecuador tiene algo maravilloso: en pocas horas
uno puede pasar de la costa a las montañas y luego a la selva, tres paisajes y
climas completamente distintos en un día. Cruzamos así la cordillera con frio y
viento para luego descender al exuberante y caluroso oriente. Recorrimos Cosanga,
Archidona, y en Tena nos detuvo abruptamente una tormenta-diluvio tropical. Pasamos
dos días acampando en la plaza del pueblo mientras los chicos aprovechaban a
vender artesanías cuando la lluvia se los permitía. Seguimos viaje hacia
Misauashi para visitar sus playar selváticas repletas de monos, y luego fumios
hacia Puyo donde nos esperaba parte del Volks Club de Ambato.
Campameto en Tena. Ecuador
y el capitán rasgueando una zamba
Playas de Misauashi. Ecuador
Desde aquí pensaba seguir viaje solo pero el Club nos invito a pasar unos últimos días e Ambato y nos fue imposible decir que no. Primero pasamos por Baños donde nos rencontramos casualmente con Sergio y el tano Matteo de Montañita. Un inesperado y grato rencuentro. Y luego seguimos hacia Ambato; nuevamente, otra vez en casa. Una ultima noche, difícil noche, de despedida. Es tan duro despedirse porque uno sabe lo mucho que va a extrañar personas así. Para mi encima era llegar al final del viaje con los chicos. Muy distinto a aquel soñado en años de facultad, pero lo importante fue concretarlo y vivirlo. El Club entero nos invito a una última cena de despedida; padres e hijos, todos fanáticos del Escarabajo o Pichirilo como aquí lo llaman, nos agasajan como amigos y compañeros de aventura. Promesas de rencuentros y próximos viajen se sucedan. Ojala, Dios me de la oportunidad de retribuir todo lo recibido. Realmente estos encuentros a uno lo trasforman; es tanto el cariño que se recibe que no queda otra que devolverlo. Es como un “saldo a favor” que uno debe compartirlo con otro.
Despedida en Ambato. Ecuador
Junté
cada una de mis cosas y arme mis mochilas. Todo listo para partir. Hay algo que
tenemos en común con Fede: no nos gustan las despedidas. En lo personal me incomodan
mucho, no sé que decir y solo quiero que pasen rápido, a riesgo de parecer
insensible o ingrato. ¿Pero como hacer para despedirse de alguien cuando todo
tu corazón reclama su presencia? Nuevamente pienso en las elecciones y el contentamiento.
Aprender a estar agradecido por el poco o mucho tiempo compartido y luego
seguir. En definitiva cada uno esta en su viaje, en su propia peregrinación;
compartiendo pero sin apego ni a lo bueno ni a lo malo. Así que tomo mi mochila
sobre mi espalda, estrecho un abrazo eterno con cada uno, dos muy especiales con
Vicky y Fede y subo al bus. Camino al sur. Me bajo de “Hasta lo de Nico” y
vuelvo a “América de pie”. Paso la última pagina de ese viaje que soñamos
juntos y seguramente, ya ancianos, compartiremos con nuestros hijos y nietos. No
hay mejor ejemplo que la propia experiencia, los propios pasos, la propia vida.
Ellos sabrán que sus padres y abuelos supieron soñar e hicieron todo lo posible
para hacer ese sueño realidad…y lo lograron. Como siempre recordaba mi capitán Fede: “hasta
la victoria…siempre!!!”