domingo, 16 de mayo de 2010

Ecuador Fugaz


Sigue la gira latinoamericana. Dejamos atrás otra frontera. Cruzamos otra línea que dice que dice pero no dice nada. Allá Perú, acá Ecuador y en el medio estoy yo, tan pequeño, tan poca cosa dentro de este mundo de sorpresas y posibilidades. “Somos juguetes del destino, de las circunstancias?” se pregunta Frankl en su libro (1). Cada vez me convenzo más: es imposible que seamos simples marionetas de madera colgando de manos caprichosas. Siempre, consciente o inconscientemente, estamos eligiendo, decidiendo nuestros propios caminos. Pero también siento, hoy más que nunca, esa libertad desprejuiciada de andar a la deriva por la vida con nada más que una mochila en la espalda y el alma llena de ilusiones. Se siente tan bien esa irrefrenable curiosidad por lo que hay en el horizonte, ese vértigo interior por desconocer donde reposara mi cuerpo cansado y donde volaran mis sueños en la noche. Porque será que la vida toma otro significante en esos momentos a pesar del riesgo y el peligro de naufragar en el intento? Porque será que al borde del precipicio sentimos más tangible la vida y nos aferramos a ella? porque anhelamos tanto hacer algo y no lo hacemos? "Te envidio" fueron las palabras que mas escuche desde que inicie este viaje y yo, profundamente, me avergüenzo por ello. Me enorgullecen mucho más las cosas que no inspiran envidia, las que pasan frente a los ojos casi como una sombra, desapercibidas, casi sin ser vistas. Pero sin embargo, porque esa inconformidad, ese deseo ferviente por las cosas que no alcanzamos con las manos? Porque ese vacío entre lo que se es y lo que deseamos ser? Quizás la respuesta este en esa misma atracción hacia lo buscado; en esa tensión entre lo logrado y lo que todavía no se ha conseguido. Porque es en esa tensión, en esa lucha por alcanzar una meta por la cual valga la pena correr el riesgo, donde encontramos un sentido a la vida, un significado para que merezca ser vivida. Desde luego hay días en los que despierto con miedo, con temor y muchas veces sufro. En otros soy feliz, me alegro y sonrió con facilidad. Pero lo verdaderamente importante es que yo elijo esas risas y ese sufrir. Son mis decisiones. Un axioma de la biología dice: “organismo que no se encuentra en tensión con su medioambiente muere”; pues bien, celebro la tensión!!! bienvenida sea la inconformidad y la incomodidad!!! El destino es un regalo, no una cruz. Olvidémonoslos del poder, el placer y las posesiones materiales!!! volvamos a aprehender del sacrificio, el trabajo y el sufrimiento!!! Salgamos a correr desenfrenadamente detrás del sentido de nuestras vidas!!! Me arrebata una esperanza férrea en que la humanidad entera recupere este camino. Todo está por hacer y de esto,….de esto no me avergüenzo. Levanto mis ojos hacia el cielo, me enorgullezco y agradezco por estar de pie con mi amor y mi dolor en mí andar.

 Atardecer en Montañita
Un cambio de acento evidencia el paso a otro país. Ecuador se ubica en el centro de Sudamérica, al oeste, sobre la costa del océano Pacifico. Al este el impenetrable amazonas brasilero, al sur Perú, al norte, Colombia y siento el habla de sus habitantes a mitad de camino entre el acento rítmico caribeño del colombiano y la suavidad y severidad del peruano. A esto se agrega además las diferencias entre los pobladores de la selva, la sierra y la costa. “Iguales y Diversos”, proclama un cartel con la imagen del presidente ecuatoriano Rafael Correa. Mensaje que debería extenderse a todo el continente y después al mundo entero. “Iguales” en nuestra condición de seres humanos y “Diversos” en nuestras características particulares, pero aceptando y respetando nuestras diferencias culturales y sociales.

En la frontera una camioneta habituada a transportar pescados no sintió la diferencia de llevarnos a nosotros y nos alcanzo hasta Machalilla. Después un bus al final del día nos deja en Guayaquil. Hermosa y enorme ciudad recostada sobre el margen del rio Guayas. Es una ciudad en franco crecimiento y renovación, por eso es considerada modelo de regeneración urbana en Latinoamérica. Recorremos el malecón con su increíble explanada, paradores y parques temáticos. Visitamos el barrio de Las Peñas, antiguo sector degradado ubicado sobre el cerro de la ciudad que fue reconstruido como área turística, repleta de bares típicos, casas coloniales, caminos y escaleras empedradas, hermosos jardines, y un mirador en la cima donde puede apreciarse toda la ciudad.

Camino a Guayaquil en camioneta

En el Malecon de Guayaquil haciendo facha..ja

Calles de Guayaquil

Pasamos unos días en la ciudad y la urgencia de movernos debido a la diferencia cambiaria nos lleva hasta la costa. La economía ecuatoriana esta dolarizada; acá todo se mide en dólares y nuestro humilde peso argentino juega al póker sin ases. Siento correr por mi cuerpo un deja vu de la Argentina menemista y no puedo conciliar el discurso radicalmente antiimperialista del gobierno ecuatoriano con la perversa desigualdad del dólar en sus calles. Pero qué se yo de economía y política y menos si recién estoy pisando el país. Apenas estoy conociendo la dura realidad latinoamericana. Mejor no hablar de ciertas cosas, salgamos hacia el mar que con el aire fresco se piensa mejor.


Mirador de barrio Las Peñas


tarde o temprano iba a pasar esto che

En pocas horas y por suerte por pocos dólares también, viajamos hacia la costa por la llamada Ruta del sol y Ruta del Spondylo. Atravesamos pequeños pueblos pesqueros de barcas a la mar, bahías de playas de arenas vírgenes, sierras cubiertas de bosques tropicales y siempre sobre nuestros ojos las aves marinas acechando el aire. Entre sueños con sabor a sal llegamos al pueblo de Montañita, destino de nuestro descansar y de algunas cosas más por descubrir.

Calles de Montañita

Montañita es un pueblo costero de calles de arena consolidad donde se mezclan construcciones de ladrillo y hormigón con cañas, maderas y hojas de palmera colgando. La playa esta siempre ahí, a pocos pasos por dar, donde el día se vive sobre una tabla de surf y bajo las caricias del sol. Es un pueblo netamente turístico de bares, restaurant y barras de tragos sobre ruedas que van de aquí para allá. En Montañita se une el deseo y el hacer sin límites, sin prejuicios ni temor, pero claro está, con el riesgo de pasarse para el otro lado, aunque siempre se puede volver. Durante el día corre desde el ceviche y la pescado frito hasta la pizza y el sushi. Durante la noche triunfa el ron, la cerveza, la caipiriña y los tragos frutales. Hay salsa, merengue y cumbia, pero también rock, punk y jazz fusión. Se ven latinos europeos, norteamericanos y asiáticos. Todos y todo corre a la par. Creo que no hace falta aclarar que tiramos el ancla una vez más.

Playas de Montañita

Desayuno en la primer casita de Montañita. dificil,.dificil

Detrás de una barra conocimos a un gran amigo, Gaby, rosagarino hincha de ñuls de pura cepa, que nos recomienda unas cabañas llamadas El Refugio donde parar. Otra casa de nuevo, esta vez el ancla se fue a fondo. Cuantos días pasaran? Pasan varios; preparamos y vendemos panes rellenos y galletas  en la playa, buscamos trabajo en algún bar y se va haciendo la idea de una estadía prolongada. Los días pasan entre ejercicios en la playa, nadar en el mar con la compañía de pelicanos sobrevolando, licuados y comidas nutritivas, algo de trabajo – solo un poco che – y noches de tragos y bar. Pero hay huelga de princesas en nuestra vereda y yo me voy incomodando con tanta quietud. Que difícil decisión. Algunos queremos partir, otros quedarse y después de tanto tiempo viajando juntos un amigo se convierte en un hermano. Descubro una añoranza sin límites dentro de mí y me molesta dejar cosas atrás sabiendo que las voy a extrañar. Es así el vivir del peregrino que camina para ver. Es imposible no echar raíces aunque sé que debo partir. Pero no siento a Montañita como un lugar donde quedarme. Después de un tiempo me cuesta tolerar el exhibicionismo vacio propio de un lugar tan turístico. No sé, cada uno es como es. Amor también es respeto y libertad sin condicionamientos. Hecho una mirada a mi soledad. Un abrazo fuerte y sincero a mi hermana y hermano de viaje. Ya extraño profundamente la compañía de Paula y Jose. Recuerdo la de tantos otros durante el camino y todo vuelve sobre la piel. Donde están mis amigos? Levanto mi mochila y con una triste alegría partimos con Edu hacia el norte, siempre al norte, hacia Quito. Te llevo en mi corazón amigo y te espero mas adelante del camino.


En las cabañas El Refugio de Montañita. dificil, dificil

Esto es para los que dicen que no hacemos nada che!!! ven!! laburamos en la playa,....bueno,..yo en ese momento no,..pero asi somos los jefes
Salimos a la ruta dedo en alto. Ese perro marmolado, mitad bretón, mitad puro corazón, que hasta hoy me había negado el saludo, se acerca y compartimos caricias. Es un abrir y cerrar de ojos veo a Mateo a mi lado y se me alegra el alma. Este debe ser un buen comienzo. Camioneta tras camioneta. Km tras km. Llegamos hasta Puerto López y después de pasar la tarde en la playa, sale un anoche de dormir incómodos en un bus que nos lleva a Quito. Capital del Ecuador, declarada patrimonio cultural de la humanidad por la UNESCO. Su centro histórico, colonial, republicano, barroco y moderno, deslumbra. Posee una intensa actividad cultural: en la plaza del Teatro Sucre vemos un espectáculo de danzas y música folclórica, en la plaza de la Iglesia San Francisco el festival Trovadores de América con músicos de Chile, Paraguay, Ecuador y Cuba – la bandera del Che flamea otra vez – visitamos el Museo Interactivo de Ciencias, el Parque de El Ejido y su feria artesanal, hasta que la lluvia cierra abruptamente el día. Noche de hostel. Gente nueva por conocer. Algunos amigos no tardan en aparecer y de Alemania vienen bajando Steffi, Marlins y Dario. A practicar el ingles che!!! Gelou, jau ar iu, uere ar iu from, como estamos Edu!!!!


Vista de Quito desde el cerro

Al otro día intentamos visitar el jardín Botánico y el Parque de La Carolina pero la lluvia nonos deja caminar. Se cae el cielo, cualquier lugar seco es buen refugio y un shopping center no está mal. Que increíble ilusionismo ocurre en estos lugares. Paso una puerta de vidrio y pierdo la referencia. Donde estoy? Quito, Buenos Aires, Paris o Nueva York? Acá todo es igual; una addidas es la misma en cualquier rincón del mundo y así nos parecemos mas, nos vamos normalizando poco a poco. Globalización dicen que se llama. Pero globalizamos todo, lo bueno, lo malo, las marcos, los prejuicios; todas las caras son iguales; de buscar ser pasamos a buscar pertenecer sin profundizar en que. Pero debo admitir que me siento algo cómodo, todavía queda dentro mío algo de ese que fui. Superficie fría de metal. Me confundo aun mas pero se bien por donde sale el sol. Busco la puerta y salgo al mundo real. Aire al fin.

La lluvia sigue sobre nosotros, poco nos deja hacer y adelante nuestra partida. Colombia queda a la vuelta de la esquina. Nuestro paso por Ecuador fue fugaz y siento que resta mucho por conocer y descubrir. Para un próximo viaje quedara recorrer la cordillera ecuatoriana, la ruta de los volcanes y la selva. Tengo un sabor a poco pero no se puede abarcar tanto en un respirar. Ecuador fue fugaz. Es lo difícil de elegir. Siempre que elijo algo siento que estoy perdiendo otra cosa; pero una mala elección es mejor que aquella que nunca se toma, porque de la primera por lo menos se puede aprehender. Después de todo, quien sabe cuán inciertas y desacertadas pueden ser las decisiones humanas.

Partimos hacia Tulcán en la frontera y a pocas horas cruzamos otra línea imaginaria: la línea del Ecuador. El mundo se parte en dos y por segunda vez en mi vida caigo del otro lado. Hemisferio sur, hemisferio norte, geografía básica de manual Kapeluz. Delineo en mi mente la figura esférica del planeta y me ubico justo sobre esa línea. Que insignificante soy, que minúsculo granito de arena. Cuanta pretensión del ser humano querer estar por encima de todo y no comprender que somos parte de un todo mucho, pero mucho más grande que nuestra pobre y tímida existencia. Yo busco ser apenas un diminuto punto de luz en esta inmensa constelación de estrellas. Y justo antes de ver todo brillar, el repentino freno del bus me despierta de mi sueño. Hay aroma a café. Llegamos a Colombia.



(1) Frankl. El hombre en busca de sentido

Sepan disculpar la falta de fotos pero recuerden que la camara se nos fue tanto a Pau como a mi, solo quedo la de Jose, convirtiendose en fotografo oficial de America de pie. De todas formas ya llego una nueva camara.

buen viaje y hasta pronto. gracias totales



5 comentarios:

  1. Hola Wal, como siempre impecables tus relatos, espero que todo siga viento en popa. Al día de hoy son exactamente 147 días desde que partimos de Bs. As. y 141 sin verte y faltan.... que importa ya cuanto faltan, lo importante que estas cumpliendo con algo que deseabas y sos felíz. Buenos vientos y el vinito sigue esperando. Cariños de la barra de Virreyes

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  2. Querido Edu
    ¡Muy feliz cumpleaños! te deseamos desde las sierras bonaerenses.
    ¡que hermosos lugares muchachos y que bien relatadas las experiencias!
    Sigan nutriéndose y disfrutando.
    Un abrazo, LosTo

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  3. Estimado Amigaso EDU
    FEliz cumple, la verdad quie te extrañamos un monton al igual que a Walter. Disfruta tu viaje y vuelvan pronto.
    Saludos de Daniel , Lorena, tu ahijado y las melli

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  4. Estoy reee ansiosa porque se acercan mis vacaciones!!! ya tenemos los pasajes a Guayaquil y reservamos una semana en un hostal en Montañita.... no sabemos si la segunda semana quedarnos tambien en Montañita, o si mejor conocer otro lugar.... que me aconsejan? es muy caro todo el Galapagos?

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    1. Hola, es un gusto saber que vienen...mi email es ecuamark@hotmail.com y soy un servidor turistico personal sin bombos ni afiches, seria un gusto conocerlos y darles la mejor informacion sin costo, un abrazo. Ernesto

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Porque viajamos?

Viajamos por viajar. Viajamos para saber, para conocer, para aprender. Viajamos para crecer.
Viajamos porque buscamos sin saber claramente que, pero convencidos de la necesidad interior e inagotable de buscar y buscar.
Viajamos porque a veces escapamos con el corazón entristecido, queriendo ocultar ese amor en algún lugar del olvido.
Viajamos porque nos preguntamos que nos esconde el horizonte, allá a lo lejos donde el sol se apaga y la luna con sus estrellas conquistan el oscuro cielo de la noche.
Viajamos porque sentimos el llamado ancestral del camino, aquel que temprano iniciamos con nuestro primer paso de niños, esperando completarlo con un ultimo paso de ancianos envejecidos por los años, con las manos y el cuerpo agrietados por el viento del camino, pero con la certeza de haber vivido con la voluntad de un hombre libre y plenamente vivo.