Lllegando al cielo...

Llegando al cielo las nubes cubren el camino. Iruya debe estar cerca del cielo entonces. Que increible atravesar las nubes por caminos ripiosos de montaña; ver el sol esconderse entre los cerros para dar paso a la luna; oir un río descender entre rocas; ver las laderas de los cerros sembrados con una inteligencia inusitada; los animales pastando libremente; los pobladores pacíficamente viendo el tiempo pasar.

Todo esto es Iruya. Y Enamora; enomora tanto que da ganas de quedarse. De disfrutar de todo este escenario hecho por la mano del hombre tallado poco a poco en las montañas.

Pero una segunda mirada, un poco mas profunda, cambia todo. No puedo evitarlo. Escenario es una buena metáfora. Porque no todo lo que se ve es lo que es. Iruya es un gran escenario que tuvo que adaptarse a los tiempos modernos. Y el tiempo la paso por encima. Nosotros en nuestro afan de conocer, de viajar, de ir hacia lo nuevo, inevitablemente, inconcientemente, modificamos la realidad de estos pueblos.

Y asi Iruya se convierte poco a poco en un contenedor de turistas, sus pobladores abandonan el campo para armar una hosteria o un bar, perdiendo asi la continuidad ancestral del trabajo, de la cultura. La cambian por el turismo. Costo-beneficio; pero a costa de que? es tanto lo que pierden. La discontinuidad de su cultura tarde o temprano afectara su identidad. Que pasará cuando nosotros nos cancemos de Iruya y busquemos un nuevo sitio de interes? Que será de Iruya y su gente que ahora gran parte solo sabe vivir del turismo? El tiempo dirá. Pero Iruya sigue enamorando y me hace sentir en el cielo, entre nubes y montañas.

Pero como nuestro camino va y viene sin fin, Iruya va quedando atras. Todo es así en este viaje. Bienvenidos y hasta siempre. Ademas el cielo puede esperarme un tiempo mas. todavia falta. Falta mucho.

Desandamos el camino, descendemos las montañas y de vuelta en Humahuaca. Se acerca fin de año y los festivales invaden la Quebrada. Pesebres, carnavales y peñas en cada esquina.

El año nuevo nos recibe en una mesa entre amigos, con asado y vino, con zambas y chacareras, con un cielo iluminado por fuegos artificiales y una luna llena que encandila. Besos y abrazos, saludos y despedidas. Recien nos conocemos pero el cariño es sincero.

Así nomas se fue el año para dejar paso a uno nuevo; uno lleno de espectativas, lleno de sueños por cumplir. Abrazos de despedidas, promesas de regeso y el camino continua. De Humahuaca a La Quiaca. Puente fronterizo y a un pasito nos recibe Villazon, Bolivia. Como castiga la altura; los pies se hacen pesados, la cabeza siente un malambo eterno y el aire falta.

Edu sigue metemorfoseandose.

Ahora devino en una especie de cubano moderno en envase pequeño

Pero juntamos fuerzas para seguir. Partimos para Potosi; camino accidentado, lluvia, rios que crecen y micros que se quedan; la noche trae frio y todo se hace dificil. Bienvenidos a Bolivia predijo el cartel. Pero esta historia es parte de otro relato que se esta escribiendo; a no apurarnos que como se dijo anteriormete aqui el aire no sobra y la mochila sigue pesando.